Ser madre en sí, es complicado, y serlo en reclusión no lo hace más sencillo. En el estado de Guanajuato, cuatro mujeres viven con sus pequeños en los centros penitenciaros, todos menores de tres años de edad, en los centros penitenciarios de Guanajuato Capital, León y Valle de Santiago.
Estos pequeños viven con sus madres en espacios acondicionados con atención integral.
La maternidad en prisión existe, aunque con otras formas y heridas. Algunas mujeres viven con sus hijos menores de tres años dentro de los centros penitenciarios; otras mantienen el vínculo a la distancia, a través de cartas, llamadas o mensajes que viajan con sus familiares.
Todas enfrentan el mismo reto: seguir presentes, aunque no puedan estar cerca.
Mayra, madre de una pequeña que vive con ella en el Ceprereso de Guanajuato Capital, lo resume con ternura: “Desde que estoy aquí, he cambiado como persona… ya no quiero darle todo lo material a mis hijos, solamente quiero estar con ellos.” La mayoría de sus compañeras —cuenta— han sido una red de apoyo para ella y su hija.
Luisa, otro ejemplo, aprendió a tejer dentro del penal. Sus muñecos fueron vendidos en la Feria Estatal de León. Con ese ingreso, planea apoyar a su hija para su entrada a la preparatoria; esa es su forma de estar cerca de su pequeña.
El Sistema Penitenciario del Estado de Guanajuato, impulsa una estrategia de reinserción con enfoque humano, que incluye talleres de autoempleo, acompañamiento emocional, programas de educación y esquemas de apoyo en coordinación con distintas dependencias.
En el marco del Día de las Madres, se organizan actividades especiales en todos los centros penitenciarios –femeniles y varoniles- del estado para reconocer a quienes maternan en condiciones de reclusión, a quienes son madres y tienen a sus hijas e hijos fuera, y también a todas y todos los que recuerdan con amor a su propia madre.
Estos espacios permiten fortalecer los vínculos familiares durante las visitas y crear momentos de conexión emocional que dignifican a las personas privadas de la libertad.