Los Centros Penitenciarios de León y Valle de Santiago, que cuentan con población femenil, también han levantado la mano para conmemorar el Día Internacional de la Mujer.
Esta conmemoración por parte de las mujeres de dichos centros, ha sido mayormente silenciosa, ya que un muro blanco de la instalación de Valle de Santiago se convirtió en un lienzo para la reflexión.
En estos lugares hay historias de lucha, hay mujeres que no han renunciado a sí mismas.
El morado cubrió el día. No solo en los muros, en los listones o en los carteles elaborados con paciencia por las propias mujeres privadas de la libertad, sino en la intención de cada actividad.
Además, se realizaron conferencias como “Claves para el liderazgo femenino”, una charla diseñada para fortalecer la autonomía, la toma de decisiones y la construcción de un futuro con nuevas oportunidades.
Para la población varonil, la jornada también significó un espacio de aprendizaje.
En los Centros Penitenciarios de Guanajuato y León, se impartió la plática “Generando nuevas formas de expresar la masculinidad”; además, se realizaron charlas y talleres sobre temas de igualdad y combate a la discriminación, así como estereotipos socialmente aprendidos contra los derechos civiles de toda mujer.
A lo largo del día, los centros penitenciarios se tiñeron de morado. Más que un color, fue un mensaje de justicia, dignidad e igualdad de derechos.
La sensibilización del Sistema Penitenciario del Estado de Guanajuato que forma parte de la Secretaría de Seguridad y Paz respecto a esta conmemoración es un compromiso institucional y una responsabilidad que se refleja en el reconocimiento de cada colaboradora, visitante y mujer privada de la libertad como titular de derechos y agente de cambio.
El dato
El Día Internacional de la Mujer es un día para hacer memoria de la lucha por la igualdad, de los derechos conquistados y de los que aún faltan. Un día que nació en 1910, cuando un grupo de mujeres de 17 países se reunió en Dinamarca con una convicción: el voto femenino debía ser universal y la voz de las mujeres no podía seguir siendo ignorada.