El Sistema de Salud Gto dio a conocer la atención de los tres primeros partos humanizados en el Hospital General de Uriangato y en el Hospital Comunitario de Yuriria.
Para ello, se han brindado capacitaciones al personal por parte de la Jurisdicción Sanitaria V con cabecera en Salamanca. Uno de los propósitos es ofrecer una atención de calidad durante el proceso de parto, además de que con este tipo de nacimientos se generan ambientes más saludables en los aspectos psicológicos y clínicos para las mamás, que a su vez es transmitido a los recién nacidos.
¿Qué es el parto humanizado?
Se ha llamado “humanizado” al modelo de atención del parto que pretende tomar en cuenta, de manera explícita y directa, las opiniones, necesidades y valoraciones emocionales de las mujeres y sus familias en los procesos de atención del embarazo, parto y puerperio; persiguiendo como objetivo fundamental que se viva la experiencia del nacimiento como un momento especial, placentero, en condiciones de dignidad humana, donde la mujer sea sujeto y protagonista de su propio parto, reconociendo el derecho de libertad de las mujeres o las parejas para tomar decisiones sobre dónde, cómo y con quién parir, en este momento tan importante de su historia.
Es decir, que el parto humanizado permite que la pareja u otro familiar de las futuras mamás cuente con el acompañamiento necesario repercutiendo en un acompañamiento emocional importante.
En el Hospital General de Uriangato nació un bebé 3.2 kilogramos; en este caso la abuela materna acompañó a su hija en el proceso de alumbramiento de una niña. En la misma unidad hospitalaria, un bebé de 3.5 kilogramos llegó al mundo por parto humanizado, en este caso se hizo una cesárea y posteriormente a ello se hizo un pinzamiento tardío de cordón y contacto piel a piel entre madre e hijo.
Mientras que en Yuriria nació en el Hospital Comunitario un bebé del sexo masculino en acompañamiento del padre del neonato, quien recibió técnicas de respiración, masaje y musicoterapia.
¿Qué elementos tiene un parto humanizado?
-Reconocer a la madre, el padre y su hija/o como los verdaderos protagonistas.
-No interferir rutinariamente este proceso natural; solo se debe intervenir ante una situación de riesgo evidente.
-Reconocer el derecho para la mujer y su pareja, a la educación para el embarazo y parto.
-Reconocer y respetar las necesidades individuales de cada mujer/pareja y el modo en que se desarrolle esta experiencia.
-Respetar la intimidad del entorno durante el parto y el posparto.
-Brindar atención personalizada y continua en el embarazo, parto y puerperio.
-Favorecer la libertad de movimiento y posición de la mujer durante todo el trabajo de parto (en
cuclillas, hincada, sentada, en el agua, o como desee).
-Promover la relación armónica y personalizada entre la pareja y el equipo de asistencia profesional.
-Respetar la decisión de la mujer sobre quién desea que la acompañe en el parto (familia, amistades).
-Privilegiar el vínculo inmediato de la madre con su hija/o, evitando someterle a exámenes o a
cualquier maniobra de resucitación, que sean innecesarios.