Guanajuato apuesta por las concesiones como un modelo para desarrollar infraestructura sin necesidad de usar recursos públicos.
A través de este esquema, empresas privadas financian, construyen y operan obras clave por un periodo determinado, y al finalizar ese plazo, la infraestructura pasa a ser propiedad del Estado.
Uno de los proyectos más relevantes es la nueva autopista Silao – San Miguel de Allende, una vía de 52 kilómetros que conectará el corredor industrial del estado con la zona turística de San Miguel y Dolores Hidalgo.
Esta autopista reducirá en más de 30 minutos el tiempo de traslado y en casi 60% el número de curvas respecto a la carretera libre actual.
La vía tendrá mejores condiciones de seguridad y confort: carriles más amplios, acotamientos y un diseño para circular hasta a 110 km/h. Incluirá 42 puentes vehiculares y seis peatonales o ganaderos.
La concesionaria encargada de este proyecto deberá conservar y operar la autopista durante 30 años, a cambio de cobrar peaje.
Durante ese periodo, se compromete a evaluaciones técnicas periódicas, con mantenimiento garantizado, y aportaciones anuales al Estado basadas en los ingresos que genere la vialidad.
Según datos del proyecto, la inversión total en ambas autopistas superará los 6 mil millones de pesos. Durante su desarrollo, se estima la creación de más de mil empleos directos y 500 indirectos.
El esquema también contempla beneficios adicionales, como aportaciones para obras sociales en comunidades cercanas y un modelo de reparto de ganancias en caso de que los ingresos superen las proyecciones.
Al término de la concesión, toda la infraestructura quedará en manos del Estado, lo que representa una ampliación del patrimonio público sin haber comprometido recursos fiscales ni deuda.